Desde los inicios de la civilización y sobre todo de aquellas que marcaron a fuego el pensamiento y la organización política se han definido algunas actividades que son o deben ser prioritarias para el estado en todos sus niveles, tanto nacional, provincial o municipal.
Hoy más que nunca es importante volver a releer estos principios y adaptarlos a los tiempos que corren para generar un circulo virtuoso que se contraponga al círculo vicioso de tantos años y que nos ha llevado a estos niveles de decadencia que hoy vivimos.
La pandemia del COVID-19 ha desnudado, una vez más, el lamentable estado de situación en el que enfrentamos y lo poco que al gobierno le importa la salud, la educación y la seguridad pública, en otras palabras lo poco o nada que les importan nuestras vidas.
Médicos, técnicos y enfermeros en primera línea y poniendo el pecho para empujar el carro de la crisis sanitaria, apoyados hombro con hombro con el resto personal de salud, administrativos, mantenimiento, limpieza por nombrar algunos. Libran esta batalla en total abandono y soledad, después de escuchar muchas promesas de bonos y equipos, de aplausos y comunicados. La realidad se desnuda y no se puede tapar el sol con un dedo.
Años y años de desinversión en el sistema que se tapaban con la imagen de la inauguración de algún edificio pero que nunca se equipaban. Esqueletos vacíos, monumentos de la corrupción que sigue matando a los santacruceños.
En el ámbito de la educación el resultado es igual o peor y sus consecuencias las vamos a padecer por mucho tiempo y de nuevo una historia que conocemos. La lucha de los docentes en la provincia no es nueva y la “solución” del gobierno tampoco. La provincia todavía está pagando el precio de la generación de la “Promoción por Decreto”.
Hoy nuestros docentes se enfrentan, una vez más, con la realidad de abandono por parte del estado. Hoy no son las escuelas en ruinas simplemente porque los chicos no están yendo a clases, entonces no lo vemos, pero si vemos a maestros que siguen poniendo de su bolsillo para poder desarrollar su pasión y su servicio. Porque sabemos muy bien que la docencia o la seguridad no son trabajos. Trabajo es aquel que uno elige para mejorar económicamente y está muy claro que nadie se “hace rico” como maestro o policía.
Hoy le exigen a los docentes ser “teletrabajadores” pero sin saber si están realmente equipados de los elementos necesarios y mucho menos con programas para resolver esas necesidades. Está claro que al gobierno no le importa ni los docentes, ni mucho menos los alumnos (estos últimos ni siquiera votan). En los periódicos locales aparecía semanas atrás la “noticia” que el gobierno estaba estudiando la implementación de líneas de crédito para que los docentes puedan acceder a la compra de computadoras y teléfonos inteligentes con los cuales poder cumplir sus tareas. Para describir mejor esta realidad, los docentes no tienen aumentos salariales desde hace un año o más con una inflación que crece día a día, y la propuesta del gobierno es un crédito o sea que se endeuden aún más.
Hoy el gobierno provincial y nacional condena a nuestros hijos, que van a la escuela pública, a un atraso educativo frente a los alumnos de las escuelas privadas y la diferencia se nota. Los alumnos de las escuelas privadas están mejor preparados, con mejores maestros y más recursos.
Recuerdo muy bien cuando la realidad era otra, donde todos íbamos a la escuela pública y allí nos graduábamos, mientras los “institutos” privados eran casi una exclusividad de los menos inteligentes o los vagos, donde pasar de grado o año estaba “incluido” en la cuota que pagaban os padres. No fue hace mucho.
La misma realidad se aplica a la policía provincial. Una vez más a la hora de ajustar, se hace con la policía y solo se acuerdan de ellos para sacarse las fotos de campaña cuando entregan un patrullero o cuando crean un Servicio Penitenciario, solo a los efectos de aumentar las plantillas de personal del empleo público. Todo el tiempo vemos en las noticias como se involucran a policías en delitos, violencia de género, fugas de detenidos, etc.
No se les ofrece ningún beneficio económico pero sobre ellos se descargan responsabilidades. Es fácil para un funcionario dar una orden sin preocuparse por dotar al personal de los medios para cumplirla acabadamente. Esto no nos sorprende en lo más mínimo de los gobernantes, ellos ya saben que la sangre del policía se seca rápido.
Al igual que los docentes, nuestros policías tienen que endeudarse para comprarse los equipos que deberían ser provistos por la institución.
Pero como rompemos este círculo vicioso y creamos uno virtuoso?
Son muchos y profundos los cambios que hay que hacer y poner a funcionar y para eso hace falta un plan integral, pero debemos empezar y cualquier primer paso en esa dirección nos acercará a nuestro objetivo.
Iniciar una campaña nacional y provincial para atraer a la provincia profesionales de la salud, con salarios y condiciones de calidad y proyecto de carrera y desarrollo. Fortalecer los institutos técnicos y universitarios donde se forman enfermeros y técnicos de la salud. Eliminar la figura del “médico itinerante” o limitar esta situación a especialidades muy puntuales.
Jerarquizar las carreras docente y policial. Empezando por un importante aumento salarial y generando beneficios adicionales como planes de vivienda y premios a la capacitación y al desempeño.
Educar a los educadores es el primer y más importante paso para mejorar la educación pública, donde los cursos de capacitación deben ser periódicos y permanentes con exámenes de nivel. Sin ningún lugar a dudas los mayores beneficios deben ir de la mano con mayores exigencias. El resultado se verá en muy corto tiempo y los institutos de formación docente se colmarán de candidatos dispuestos a ser maestros y profesores. Más y mejores maestros resultará en mejores resultados y en jóvenes más preparados para enfrentar las exigencias del mundo actual.
Esto mismo debe ser aplicado a la fuerza policial para que podamos cambiar ese cartel que los grupos progresistas nos muestran en sus marchas “Estudia para no ser policía” se transforme en “Estudia para ser policía”!!!. De nuevo, el simple hecho de aumentar los salarios, ofrecer planes de vivienda y de retiro y mejores planes de salud hará que muchos jóvenes quieran ingresar a las filas policiales, que les ofrecerá la posibilidad de desarrollar una carrera. Más aspirantes nos permitirá elevar los requisitos y las exigencias en todas las etapas de la carrera
Tenemos que cuidar a los que nos educan y cuidan.
El autor es Licenciado en Seguridad y referente del Partido Unir en la Provincia de Santa Cruz.
@UnirSantaCruz @Diego.Bavio